Un recorrido gastronómico por diferentes culturas
Descubrí la historia atrás de cada comida

LUCULLUS: la feria gastronómica que te hace sentir en las calles de París
Integrada por chefs de restaurantes, establecimientos gastronómicos de trayectoria, panaderías, pastelerias y hoteles; Lucullus es una asociación de gastronomía francesa en Argentina. Se fundó en 2010 y promueve los platos de dicho país a través de eventos abiertos al publico.
Ubicada en Plaza Francia (Recoleta), los días 8 y 9 de junio, la asociación realizó una feria que ofrece diversas comidas de origen francés, tanto dulces como saladas. Permitiendo adentrarte al país no solo degustando los alimentos, sino también por la decoración, música, y actividades culturales que hacen que la experiencia sea como la de estar caminando por las calles de París.
Con mas de 30 stands algunas de las comidas de la street food francesa que podías encontrar eran: baguettes, macarons, croissants, quesos brie, camembert o fondue

Tuvimos la posibilidad de entrevistar a Antoine, chef Parisino que actualmente vive en Argentina, y quien tiene un emprendimiento junto a Guadalupe, su pareja argentina, en el que venden viandas por Instagram.Al preguntarle sobre los desafíos de cocinar platos franceses en argentina el respondió que el desafío principal es conseguir la materia prima a buen precio y adaptarse al mercado, especialmente cuando al hacerlo de manera profesional.En cuanto a su plato francés favorito, y como lo adapta a su cocina en argentina, replicó que hay bastantes platos franceses q le gustan, como la fondue, y aclaro que su idea en argentina fue hacer relleno de empanadas de esos platos que le gustan para fusionar las dos culturas.Según Antoine, los platos franceses más populares en Argentina son la fondue, las papas fritas, quesos, fiambres y la panadería.

Sobre si hay algún plato francés que el crea que podría ser bien recibido en Argentina, aclaró que ya existe, pero que se podrían desarrollar mas: las crepes, implementarlas tanto dulces como saladas podrían funcionar muy bien en el país, respondió.
En conclusión, con tan solo recorrer la feria se puede sentir el aire francés. Caminar por los puestos, ver la variedad de comida que ofrecen y la presencia de los mismos chefs franceses, hacen que la experiencia te traslade directamente a su país.
Redactada por: Juana Ares
"Sabores Asturianos en CABA: Descubrí La Perlita en Once "
En el vibrante e inquieto barrio de Once, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se encuentra en la Avenida Jujuy, un rincón que despierta la esencia y los sabores de una región española rica en tradición y cultura. La Perlita, un restaurante con profundas raíces asturianas, ha sabido ganarse el corazón de los porteños gracias a su variada y auténtica propuesta gastronómica. Fundado hace décadas, este emblemático establecimiento no solo ofrece típicos platos españoles, sino que también representa un pedacito de la historia y cultura culinaria de la ciudad de Buenos Aires.

Fernando Cano, propietario de La Perlita e hijo de Argentino Cano, un gastronómico asturiano que, al parecer, tenía el destino de establecerse en nuestro país. Argentino, a sus 20 años, se vio forzado a emigrar por la compleja situación en su ciudad y la escasez de trabajo en la región. Sin embargo, su primer destino no fue Argentina; inicialmente, se trasladó a Brasil, específicamente a la ciudad de São Paulo. Allí, junto a su socio, se dedicaron a la venta de comida a los operarios en las fábricas. Sin embargo, después de unos años, su socio nunca logró adaptarse al portugués, lo que los llevó a decidir migrar a Montevideo, en Uruguay.
En Montevideo, lograron establecerse y llevar adelante exitosos locales gastronómicos, como Villa Colón y una pulpería y panadería, entre otros. La idea de migrar a Argentina siempre lo tentó, pero nunca se animó. Después de 27 años en

Uruguay, donde formó su familia junto a su esposa uruguaya y sus dos hijos, Fernando y Gustavo, en la década del 80 finalmente decidió venir a Argentina. Trabajó como fregadero para así poder interiorizarse en cómo funcionaba la gastronomía en Argentina y conocer el negocio del otro lado del río. Fue así como, en primera instancia, abrió el primer restaurante en Argentina denominado Puerta del Sol, en referencia a la famosa plaza española ubicada en Madrid. Desde entonces, no se detuvo. Junto a su familia y sus hijos, abrieron tres exitosos restaurantes porteños bajo su firma: La Perlita, Damblee y la pizzería Sánchez y Sánchez.
Mediante una extensa y enriquecedora charla, Fernando Cano nos contó cómo fue insertarse en el mundo de la gastronomía y cómo es la vida diaria dentro de La Perlita. Desde joven, se inició en el negocio familiar para conocer el funcionamiento de los restaurantes, comenzando como lavaplatos y ayudante en la barra, hasta
finalmente convertirse en el dueño del restaurante.Actualmente, La Perlita cuenta con dos grandes salones que destacan por su amplio espacio, con la capacidad de recibir a alrededor de 200 personas. El ambiente, bien tradicional, es lo que mantiene su esencia. Destacan la gran cantidad de camisetas enmarcadas y firmadas de todos los deportes y equipos que se puedan imaginar, desde camisetas de la selección uruguaya firmadas por su plantel, del fútbol argentino, y hasta de otros deportes como rugby, tenis o automovilismo. Administrar y atender estos salones no sería fácil sin la excelente atención de sus mozos, quienes cuentan con muchos años de experiencia en el rubro. Esta experiencia se refleja en el trato agradable y atento que brindan a los clientes. Fernando nos compartió que confía plenamente en sus mozos, y destacó que la atención al cliente está por encima de todo, junto con la calidad de primer nivel de los productos que ofrecen. Remarca que todo lo que se cocina en el


restaurant es preparado con los mejores ingredientes. La combinación de un servicio impecable y productos de alta calidad ha permitido a La Perlita ganarse la lealtad de su clientela y mantener su reputación a lo largo de los años. La oferta gastronómica es sumamente extensa y variada para todos los paladares, desde pastas frescas elaboradas por ellos mismos, carne asada a la parrilla y pizzas al horno, siendo la famosa pizza de un metro el producto más aclamado por los clientes. Sin embargo, según Fernando, las carnes representan el 90% de las ventas debido a sus abundantes porciones y deliciosas guarniciones. Entre otras opciones destacadas, se encuentran las picadas con una clara influencia española, incluyendo abundantes tablas para más de diez personas con gambas al ajillo, salames y chorizos importados, pulpo y jamón crudo. Fernando menciona que el jamón crudo es su debilidad y que, si fuera por él, lo comería siempre. En los últimos años, La Perlita ha dado mayor importancia a los
desayunos, lo cual se ha reflejado en el gran aumento de la demanda de los clientes por la mañana. Ofrecen abundantes desayunos para compartir que incluyen churros españoles, berlinesas, medialunas, donas y la recomendación personal del dueño: los waffles, de gran tamaño y sabor inigualable. Sin lugar a dudas, son un manjar que no te podés perder.
La Perlita no es solo un restaurante; es un puente entre culturas, un lugar donde las tradiciones asturianas y españolas cobran vida en el corazón de Buenos Aires. Con una historia rica y una oferta gastronómica que abarca desde suculentas carnes y pizzas hasta delicadas picadas y desayunos inolvidables, este emblemático establecimiento ha sabido ganarse el corazón de los porteños. La dedicación de Fernando Cano y su equipo, la calidad de sus ingredientes y la calidez de su atención al cliente han permitido a La Perlita mantener su esencia y reputación a lo largo de los años. Visitar La Perlita es disfrutar de una experiencia culinaria única, donde cada bocado cuenta una historia y cada rincón refleja el amor por la gastronomía y la tradición.
Redactada por Franco Bottaro
La Costanera de Buenos Aires, con su aire fresco y vistas al Río de la Plata, conocida por sus boliches y por las vistas de los aviones despegando y aterrizando en el Aeroparque Jorge Newbery, es también un epicentro culinario que despierta los sentidos de porteños y turistas de todo el mundo. Los carritos de comida que se encuentran a lo largo de esta emblemática avenida son un reflejo de la cultura y tradición argentina, ofreciendo una experiencia única.
Entre la amplia variedad de opciones gastronómicas que ofrecen estos carritos, los indiscutibles protagonistas son el choripán y la bondiola. Estos clásicos de la cocina argentina han trascendido generaciones, convirtiéndose en una tradición que se mantiene viva día tras día. Así nos cuentan Elizabeth y Jorge, trabajadores del turno noche de Parrilla José Luis ubicada frente al Aeroparque: "La bondiola es lo que más piden, junto con los choris, son un clásico de acá". La preparación del choripán, con su chorizo asado a la plancha y pan calentito, es un ritual que cautiva a todos los que pasan por allí diariamente. ¨¨Las formas y modos de trabajar se mantienen en el tiempo porque estos carritos se van pasando de generación en generación entre la familia que lo tiene, una vez que no tienen a quien heredar el carrito se va¨.
Los carritos de comida en la Costanera no solo destacan por su oferta culinaria, sino también por la atmósfera que generan. Abiertos las 24 horas del día, estos puestos están preparados para recibir a una clientela diversa: trabajadores en su pausa del almuerzo, familias en busca de una comida rápida y rica, y grupos de amigos disfrutando de una salida nocturna. Según Jorge: "Los que más nos frecuentan son taxis y trabajadores de las aplicaciones de autos que pasan para comer algo. Pero los jóvenes también son habituales, sobre todo los fines de semana". Esta constante afluencia de personas refleja la importancia y el cariño que los porteños tienen por estos espacios. Elizabeth nos cuenta: "La compañía de la gente es lo más lindo de este trabajo, nos divertimos hablando con la clientela que viene todos los días, viene gente de todo el mundo a probar y muchas familias a disfrutar de un lindo momento".
La historia de los carritos de comida en la Costanera se remonta a varias décadas atrás, cuando comenzaron a establecerse como una alternativa accesible, rica y rápida para quienes transitaban por la zona. Con el paso del tiempo, estos carritos han evolucionado, adaptándose a las nuevas tendencias culinarias sin perder su esencia. Nos cuentan que "antes se cocinaba a leña, pero hace años atrás para mejorar las condiciones se hace a gas". El precio de una bondiola con bebida ronda los $5000 pesos, y teniendo opciones hasta mas baratas.
Para muchos, una visita a los carritos de comida de la Costanera es más que solo una comida; es una experiencia que evoca recuerdos y crea nuevos momentos. La interacción con los parrilleros, el olor de la carne, el vientito del río y la posibilidad de disfrutar de una comida al aire libre, contribuyen a hacer de cada visita algo especial.
Los carritos de comida en la Costanera de Buenos Aires son un verdadero emblema de la cultura gastronómica argentina. Con sus choripanes y bondiolas, han conquistado el paladar y el corazón de generaciones de porteños y visitantes. Este rincón culinario sigue siendo un punto de encuentro diario, una tradición que perdura y una experiencia que todos deberían vivir al menos una vez.
Redactada por Maria Paz Zabala
Gastronomía al paso: choripán y bondiola los clásicos de la Costanera

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El folklore del fútbol: la comida
Juntarse a comer asado con amigos o comprar un choripán en la cancha son planes fijos los días de partido.
La comida y el fútbol son dos pasiones que definen la identidad de los argentinos, conectando a las personas a través de la pasión y la tradición. Aunque en este caso la comida no sea la protagonista, sigue siendo importante.
No deja de formar parte del ritual el hecho de recibir a tus amigos con la previa del partido en la televisión, comer picada mientras se hace el asado o ir camino a la cancha y sentir el olor a humo de los puestos de comida.
En ambos casos los platos más frecuentes son las comidas tradicionales del país: empanadas, asado y choripán.
En la cancha también podes encontrar pizza, panchos, hamburguesas, burritos, garrapiñadas, pochoclos, helados y bebidas.
Saliendo de la comida tradicional, hoy en día, varios clubes incorporaron restaurantes a sus estadios. Algunos son: “1905” del Club Atlético Boca Juniors, decorado con elementos que rememoran distintas etapas en la historia del club y “Banda” del Club Atlético River Plate, el cual cuenta con platos como carnes, pescados, pastas y sushi, también ofrece tragos de autor, desayunos, meriendas y brunch.
Lo que hace única a la comida cuando se combina con el futbol es la atmósfera festiva que la rodea. Las expectativas de ver el partido y compartir momentos en familia o con amigos ya sea dentro de una casa o en la cancha hace al futbol y la comida una combinación especial para los argentinos.
Escrito por: Juana Ares



Un pedacito de Brasil en Colegiales
El viernes 17 de mayo abrió un café de especialidad llamado “Sexta Café”. Este lugar trae algunas costumbres de Brasil, como el nombre, los granos de café y comidas.
Tomás, el dueño, tiene una fuerte conexión con la cultura brasileña ya que es descendiente de una familia de ese país. Junto a su novia, decidió crear este proyecto y mostrar una parte de sus raíces a los clientes.
El proceso de la creación del lugar duró aproximadamente un año. Lo primero que hicieron fue establecer la idea de abrir un café. Después, al querer buscar una identidad, se les ocurrió la idea de que tenga temática brasileña. Después comenzaron con una búsqueda de equipamientos y maquinas, al mismo tiempo que definían el branding de la marca y las cuestiones estéticas. Lo mas difícil fue buscar el local, la búsqueda duro seis meses y se tuvieron que enfrentar al momento de las elecciones electorales. Durante esa época los precios eran altos e inestables, lo que atrasó el proceso hasta que en febrero de este mismo año encontraron el local en colegiales.
En este barrio los dueños pudieron notar la calidez y tranquilidad de las calles y la gente. Conesa, la calle en la que esta ubicado el café, tiene empedrado y arboles altos. Esto los convenció para comprar el local. Su objetivo es ganar la fidelidad de los clientes del barrio, convirtiéndose en un lugar cómodo para trabajar o estudiar. Las mesas son grandes y cómodas para apoyar computadoras, también hay enchufes accesibles.
Por el momento ofrecen una carta reducida y en algún momento van a sumar opciones para almorzar, El café es traído desde Brasil que es el país que mas café produce en el mundo, y trabajan con un tostadero que importa los granos y los tuestan en Argentina.
Con respecto a la comida, buscaron tener productos típicos argentinos y también comidas brasileñas, como los panes de queso. Todas las mañanas un proveedor trae los productos de pastelería y Tomás también cocina algunas cosas y lo congela semanalmente.
Esta propuesta innovadora tiene un gran potencial, a tan solo diez dias desde su apertura ya se puede observar un gran movimiento en el local. Esperamos que siga creciendo y que mas gente pueda conocerlo.
Por Solana Keiniger




El Barrio Chino de la Ciudad: Un Tesoro Gastronómico y cultural
Abierto de lunes a lunes, el Barrio Chino, ubicado en el barrio de Belgrano, sobresale por su amplia y diferente oferta gastronómica. Desde los platos de sushi hasta las clásicas golosinas asiáticas, los restaurantes y puestos de comida ofrecen una variedad infinita de sabores y texturas que deleitan el paladar.
Durante nuestra visita al barrio, tuvimos la oportunidad de conversar con Soledad, quien trabaja hace más de quince años en Fujisan, un restaurante de comida asiática ubicado en el corazón del Barrio Chino. Al preguntarle sobre los platos más solicitados por los clientes, Soledad mencionó que el sushi sigue siendo el favorito de siempre. Sin embargo, destacó que el ramen ha ganado popularidad en los últimos tiempos, añadiendo una nueva dimensión a la experiencia gastronómica del barrio.
Al abordar el tema de la situación económica y su impacto en el turismo y el consumo en el Barrio, Soledad compartió una visión optimista. A pesar de la situación crítica que se está viviendo, señaló que el barrio sigue prosperando, especialmente después de su reciente expansión. "Es un lugar muy turístico", nos dijo, "y está en constante auge".
Por último, cuando le preguntamos sobre los momentos más tranquilos en el barrio, Soledad contestó, como era de esperar, que los días de semana son los más calmos. Reconoció que los fines de semana son los más concurridos, ya que tanto turistas como residentes locales acuden en masa para disfrutar de todo lo que el barrio tiene para ofrecer.
Este pintoresco rincón ofrece una inmersión completa en la cultura asiática, desde su arquitectura hasta su vibrante vida cotidiana. Por lo tanto, si están buscando un plan diferente para disfrutar de una gastronomía distinta, les recomendamos visitar el Barrio Chino y sumergirse en el fascinante mundo asiático.
Escrito por: Mercedes Di Cesare



FESTEJANDO LA LIBERTAD
Durante la última semana del mes de abril, va a estar sucediendo una de las festividades mas importantes para el pueblo judío, Pesaj. Esta es una celebración que se realiza todos los años y conmemora la liberación de este pueblo de la esclavitud en Egipto. Durante esta semana se acostumbra a no consumir alimentos leudados, representando que cuando salieron de la esclavitud no tuvieron tiempo de que su pan leude, ya que debían apurarse. El pan que no se llegó a leudar e hicieron una especie de galleta hecha de harina. Actualmente se consume durante esta fecha y se llama Matzá, es un alimento muy versátil y util durante esta festividad.
También se acostumbra a comer hierbas amargas que representan la amargura de los esclavos antes de ser liberados, para poder sentir empatía y no olvidar el pasado. A estas hierbas se las llaman "Maror". Otras comidas como verduras amargas, una pata de pollo, o un huevo, hacen referencia a la vida que tenían los esclavos en Egipto. Representan el trabajo forzado que realizaban para sobrevivir. Se suelen poner estos alimentos en un plato redondo y recitar bendiciones con ellas.
Por último, también existe una costumbre para los mas pequeños de la familia, llamado "Afikoman". En una servilleta, se envuelve una Matzá y se esconde. El niño que primero la encuentra recibe un premio.
Pesaj es una celebridad alegre para el pueblo judío. Todos estos alimentos llevan a la reflexion de la importancia de la libertad y la historia detrás de esta comunidad. ¡Próximamente les estaremos compartiendo videos de esta celebración en nuestras redes sociales!
Escrito por: Solana Keiniger

El clásico de la gastronomía intercultural porteña; los bodegones

Escrita por: Maria Paz Zabala
Visitar un bodegón es un clásico de la gastronomía argentina que un visitante no se puede perder por ningún punto de vista. Los bodegones argentinos son un concepto gastronómico que ha sido muy popular a lo largo de la historia de nuestro país.
Hace más de doscientos años, las primeras cantinas emergieron en esta región como resultado de la integración de almacenes y las incipientes pulperías que ofrecían pequeñas porciones de comida para acompañar la venta de mercancías y bebidas. Estos platillos eran una fusión, combinando lo más destacado de la gastronomía local con las tradiciones culinarias de los inmigrantes europeos. Actualmente, estas recetas son un componente esencial en los menús de los establecimientos que no solo han logrado subsistir con el tiempo, sino que han hecho de esa herencia culinaria parte esencial de su carácter distintivo.
Al entrar a uno de estos podemos identificarlos al instante, porque su comida no es lo único que lo caracteriza. Su decoración popular pero única en cada uno de estos, camisetas de futbol, cuadros, banderines, patas de jamón y salames colgando por las paredes, botellas de vino por todos lados y decoración propia de cada lugar que transmite la historia de este y de nuestro país.
Además, olorcito a comida casera te indica que estas en el bodegón indicado, acompañado de escuchar hablar a todas las mesas ya que es un punto de encuentro ideal para olvidarte de la tecnología y volver a nuestras bases. Charlas de política, actualidad, risas y algún que otro idioma.
Otro punto que lo caracteriza son sus mozos, estos van junto a la historia del lugar, sus años en el rubro son notorios. Forman parte de la esencia del lugar, acostumbrados a charlar con la gente, recordando los nombres de sus clientes fieles, su habilidad para llevar 5 platos a la vez y recordar cada uno de los pedidos y siempre dispuestos a darte su recomendación a la hora de elegir un plato.
Pero lo que verdaderamente los caracteriza y los transforma en un clásico de la gastronomía porteña es su menú; este nació de una interculturalidad de sabores, integrando grandes sabores principalmente de la cocina italiana y española. No solo el sabor de sus platos lo convierten en lo que son, sino la abundancia de estos. Suelen ser servidos en una bandeja de metal traída directo del horno para no perder su temperatura. Es un lugar para salir ¨panzeado¨ un término típico que se escucha al salir de estos, ya que todos sus platos suelen rebalsarse.
Algunas de las comidas típicas de estos son milanesas en todas sus formas, rabas y frituras, carnes a la parrilla, pasta, tortilla española, pescados y guisos. Vinos para todos los gustos y gaseosas de litro y medio para poder comer con tranquilidad acompañado de una bebida abundante como sus platos, olvidándote de pedir más. Además, sus postres no pueden faltar en la carta; flan con dulce de leche, panqueques, frutillas con crema, queso y dulce, son los que no pueden faltar. No solo que sus platos son una bomba, sino que estos lugares suelen ser conocidos por también ser accesible de precios.
Hoy en día, los bodegones son una de las opciones más elegidas de los porteños a la hora de ir a cenar. Y no es de extrañar, el ciudadano típico de Buenos Aires aprecia una buena comida y, a menudo, prefiere comer fuera. Sin embargo, no se conforma con cualquier plato; prefiere aquellos abundantes, a precios razonables y un ambiente acogedor, una combinación que solo estos establecimientos legendarios pueden ofrecer.
¡Si te tentaste y queres probar este clásico, entra a nuestras redes sociales y entérate cuales recomendamos nosotros que no podes perderte!




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Un clásico argentino: las panaderías
Visitar una panadería es un plan frecuente en los domingos argentinos. Ya sea para comprar las facturas que van a acompañar el mate, o el pan para las pastas del mediodía.
Si bien hoy en día encontrás panaderías en cualquier pueblo/ ciudad, en el pasado no era así. El pan como alimento existe hace al menos 8 mil años. Sin embargo, la profesión de panadero se consolidó con la creación del primer sindicato del rubro en Argentina, el cual surgió como respuesta a las condiciones laborales a las que se enfrentaban. Fue en la Revolución Industrial que el pan dejo de ser una actividad propia de cada hogar y se convirtió en una industria que empleaba a miles de trabajadores.
En Argentina se conoce el término "factura", a una variedad de masas dulces horneadas. Su nombre proviene del latín y significa creación/ resultado de un trabajo. Los integrantes del sindicato las renombraron con apodos con la intención de ofender al gobierno, a los militares y a la Iglesia. Algunos de estos apodos (los cuales fueron difundidos y continúan vigentes en la actualidad) son: cañoncitos, aquellos que llevan un relleno de pastelera o de dulce de leche y suelen estar espolvoreados con azúcar impalpable, hacen alusión a los cañones del Ejército; vigilantes, su nombre se trata de una burla contra las fuerzas policiales, en algunos casos suelen llevar membrillo o crema pastelera; medialunas, un insulto religioso contra el Islam; libritos, hace referencia a un instrumento fundamental de la educación; sacramentos, aquellas facturas que tienen relleno de membrillo, su nombre es una crítica a la Iglesia Católica; bolas de fraile o Suspiro de monja, suelen estar rellenas de dulce de leche o crema pastelera, representan una ironía relacionada con los curas y las monjas.
Tuvimos la posibilidad de realizarles unas preguntas a Victoria y David, dueños de una panadería local.
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¿Cuál es la factura más vendida?
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Generalmente la más vendida es la medialuna, pero hace un tiempo empezó a ganar terreno la torta negra.
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¿Qué día de la semana tienen mayor cantidad de ventas?
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Viernes, sábado y domingo, más que nada los domingos. Hoy por hoy es medio complejo enfocarse solamente en esos tres días, ya que por los problemas económicos las ventas no son constantes, hay días muy buenos y otros que no tanto.
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¿Qué tanto los perjudica la situación económica del país?
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Perjudica en cuanto al consumo de la gente, los hábitos del consumo cambiaron un montón. Los clientes reducen las porciones de lo que van a comprar. Y, además, los aumentos de los servicios, materia prima, la parte impositiva, y toda la logística que implica llevar a cabo una panadería impacta muchísimo.
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¿Cuál es el horario de preparación de los productos más populares y cuánto tiempo lleva terminarlos?
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Generalmente cada panadería tiene su cronograma de trabajo, nosotros trabajamos de corrido, de 5:00 a 16:00 más o menos. El producto que más elaboración lleva es el pan porque es sumamente artesanal: se amasa, por ejemplo, a las 10/11 am, se termina de hacer tipo 13 hs. y después queda levando todo el día, hasta la madrugada que es cuando lo cocinan. La parte dulce (pastelería) también lleva tiempo, pero no como el pan. Todo lo que son derivados y lo que es elaboración tiene un tiempo complejo. Por ejemplo, el hojaldre (para hacer las palmeritas, etc.) lleva 4 días de producción, porque se tiene que preparar la masa y se da una vuelta por día.
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¿Que suelen hacer con la comida que ya no se puede consumir?
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Nosotros generalmente las donamos a comedores, a instituciones que tienen chicos a cargo y a gente que viene a pedir. Ya tenemos personas fijas que vienen a pedir entonces se reparte lo que queda para que todos se puedan llevar algo. Hay lugares que venden lo que sobró del día anterior, pero nosotros no, nosotros regalamos y donamos todo.
Sin dudarlo, las panaderías son un lugar muy importante para los argentinos, representan una parte importante de su identidad cultural, gastronómica y social.
Escrita por: Juana Ares

